El feng shui afirma que las esquinas filudas generan una perturbación en la energía; convirtiendo la energía vital (el chí o qí) en energía negativa (sha chí).
Por ejemplo, da por auspicioso el hecho de tener dos plantas
en los lados de la puerta de ingreso
pero, de ninguna manera plantas espinudas o con hojas puntiagudas.
O también sugiere evitar que esquinas de columnas o muros
estén apuntando en dirección de la cama o de lugar donde uno trabaja.
De la misma manera, no recomienda utilizar la viga vista de
ángulos rectos, que tanto es utilizada en nuestro medio, o al menos, sugiere
evitarlas en los lugares donde uno permanece por mucho tiempo.
Siguiendo la línea planteada en el tema de la semana anterior:
la idea es comparar estos postulados de la enseñanza milenaria con las nuevas
investigaciones de la ciencia.
Actualmente se está investigando: ¿Cómo percibe nuestro
cerebro los espacios en los que vivimos? ¿Cómo afectan a nuestro ánimo o a
nuestro rendimiento? Por ejemplo, los neurocientíficos han descubierto que la
amígdala que está implicada en el proceso del miedo y de la activación
emocional, se activa más cuando tratamos con objetos puntiagudos (esquinas,
ángulos afilados o pronunciados en los edificios y muebles).
Por otra parte, desde la disciplina de la radiestesia, se
plantea que todo cuerpo emite dos tipos de vibraciones, la suya propia que
depende del material del que está compuesto y, otra, generada por la forma y la
descomposición de la corriente magnética natural que existen en el centro de
todos los cuerpos o figuras. Los cuerpos y figuras captan la energía del
magnetismo terrestre y al saturarse difunden ciertas influencias capaces de
actuar sobre los seres vivos. Dependiendo de cuan filudas son las formas (muros,
columnas, esculturas, muebles, vigas, etc.), pueden llegar a perturbar el
equilibrio y la salud de las personas; desde generar cansancio, depresión,
hasta enfermedades.
Viga redondeada: una buena alternativa |
Hong Kong es denominada la ciudad más Feng Shui del mundo.
Hasta hace poco, las grandes empresas utilizaban, en el diseño de exteriores,
planos filudos dirigidos hacia sus competidores, lo que en feng shui se llaman “flechas
envenenadas”. La más famosa fue la confrontación por el diseño de sus edificios
entre el Banco de China en Hong Kong y el Hong Kong y Shanghai Bank, que obligó,
al segundo, a realizar grandes cambios
en su azotea para contrarrestar la agresividad del primero. En la actualidad, a
manera de evitar estos ataques arquitectónicos, para solicitar un permiso de
construcción en esta ciudad, es necesario presentar un proyecto de feng shui firmado
por un Maestro Titulado.
Banco de China en Hong Kong |
Ahora bien, aun sin conocer esta información, si tan solo
pusiéramos atención a nuestras percepciones, podríamos percatarnos que, cuando
entramos a una casa en la que, por ejemplo, se han curveado las esquinas de los
muros, en la que se ha preferido los arcos a los dinteles de ángulo recto, o en
la que en vez de columnas cuadradas se tiene columnas redondas, etc., nuestro
sentimiento de bienestar se manifiesta. Lo cierto es que, con pequeños cambios
u alternativas simples, se pueden lograr ambientes agradables.